Con toda seguridad la preparación era mucho más sencilla que lo que aquí expongo. He tratado de recopilar a través de las tías, detalles del mismo y con la aportación de cada uno me puse en marcha. Detalles como las patas de pollo utilizadas en esta caso, antiguamente junto con los cuellos y cabezas se transformaba en el sustituto del trozo de pollo o gallina, aportando además un sabor peculiar.
El cocido, todo hay que decirlo, es contundente y sabroso, por lo que se aconseja no realizar trabajos duros posteriores a la ingesta. El cálculo ha sido para 6 personas.
- 500 g. de garbanzos, ya en remojo.
- 4 patas de pollo. Las he encontrado peladas y límpias
- 1/4 de gallina
- 1 cuello o 1 zancarrón de cordero
- 350 g de morcillo de ternera
- 250 g de tocino salado ibérico
- 2 huesos de ternera (caña y rodilla)
- 2 huesos de jamón
- 1 corteza de jamón (yo se la pido al charcutero)
- 1 hueso de espinazo salado
- 1/2 k de repollo
- 1 zanahoria
- 1 pimiento verde (tipo italiano)
- 1 rama de apio
- 3 patatas
Como viene siendo habitual, calentamos el agua y ponemos todos los ingredientes cárnicos y óseos, junto a la rama de apio y el pimiento. Espumamos y añadimos los garbanzos escurridos. Dejamos cocer lentamente unas 2 horas y media.
Sacamos caldo y en él ponemos a cocer el repollo. Una vez cocido regresamos el caldo de cocción a la cazuela, reservando el repollo. A la vez incorporamos la zanahoria y la patata troceada y mantenemos cociendo 1/2 hora más. Probamos de sal y si es correcto, preparamos la sopa y a continuación...todo lo demás.
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