Otro experimento finalizado con éxito, mezclar garbanzos con una parte de la ternera que aporta un sabor y textura muy característicos: el rabo.
La idea en principio era sencilla, cambiar la carne habitual de un cocido por otra que además aportara su propio sabor, uniendo a esto el hecho que además esta pieza tiene cartilagos que le dan cierta untuosidad. Esto mismo motiva que otras grasas sean innecesarias (en este guiso) sin que desmerezca el sabor.
Lo único a tener (muy) en cuenta es el tiempo de cocción del rabo, superior por ejemplo al del morcillo. Por lo demás las características no difieren de otros pucheros.
Habremos tenido en remojo los garbanzos desde la noche anterior. Ponemos una olla al fuego con agua y en ella incorporamos los trozos de rabo (cortados por la unión entre vertebras), un hueso de rodilla de ternera y un trozo de jamón serrano. Dejaremos cocer mínimo 90 minutos. Es necesario para que la carne adquiera melosidad. En el transcuro iremos limpiando de espuma.
Añadimos los garbanzos, la zanahoria y el chorizo en rodajas y continuamos cociendo lentamente 1 hora más, probamos de sal. Aprovechamos el tiempo y en una cazuela a parte ponemos a hervir las acelgas limpiadas y cortadas y cuando éstas esten listas las añadimos al puchero junto a un puñado de fideos gruesos.
Esperamos a que los fideos esten a punto y ya podemos servir.
Ingredientes (6 personas):
1 rabo de ternera
1 hueso de rodilla (rotula) de vaca
1 trozo de jamón (unos 200 g)
1 chorizo
500 g de acelgas
2 zanahorias
fideos nº 4 (un puñado por persona)
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